Ana María Gómez González nació un 5 de enero de 1902 en Lugo. Fue con su traslado a Madrid, en 1922, cuando se convirtió en Maruja Mallo, una de las grandes pintoras de la llamada Generación del 27.
Estudió en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, coincidiendo con toda aquella magnífica generación de artistas.
Fue libre. Libre de prejuicios, libre de códigos sociales. Republicana hasta la médula. Hizo lo que le dio la gana. Y por ello fue siempre considerada como "excéntrica".
Con una beca de la Junta de Ampliación de Estudios marchó a París en 1932, donde se codeó con grandes del surrealismo como Breton o Aragón.
En España participó en muchas de las acciones educativas de la República, como las Misiones Pedagógicas. Desgraciadamente, todo terminó en ese 18 de julio de 1936.
Tras un largo y amargo exilio, regresó a España en 1963, sin que nadie supiera que era una de las pintoras más importantes del siglo XX, pero volvió a las tablas poco después.
Maruja ha pasado a la historia como una mujer inestable y rara.... pero No Maruja era arte y libertad:
"Maruja Mallo, entre Verbena y Espantajo toda la belleza del mundo cabe dentro del ojo, sus cuadros son los que he visto pintados con más imaginación, emoción y sensualidad."
Federico García Lorca
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